Las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones o TIC ha permeado en, prácticamente, todas las esferas del quehacer humano y ha conducido a un replanteamiento del orden cultural, político, económico y militar del planeta, dando como resultado la conformación de la “Sociedad de la Información” en la que se cuenta con una población mundial superior a los 6,717 millones de habitantes, de los cuales más de 1,300 millones son usuarios de Internet; en donde existen más de 153 millones de nombre de dominio registrados y también un creciente consenso internacional para considerar a las TIC como el principal motor de desarrollo de los países de los cuales el impacto de las TIC en la economía global tiene un peso específico que no se puede pasar por alto. Tan solo la digitalización completa de los procesos de pago y la migración a instrumentos de pago electrónicos en el sistema financiero internacional, pueden implicar beneficios equivalentes al 1% del Producto Interno Bruto mundial por la reducción de los costos transaccionales. Cabe señalar, que de una población total cercana a los 120 millones de mexicanos, en 2007 se estima que 22.7 millones de mexicanos tuvieron acceso a Internet y efectuaron operaciones por un monto aproximado de USD$ 765,000,000.0010, sin embargo, estos beneficios no se vieron reflejados en la realidad de los 50 millones de mexicanos que viven en condiciones de pobreza y de los cuales aproximadamente 20 millones se encuentran en situación de pobreza extrema en tanto se tomo un nuevo Plan Nacional de Desarrollo 2007-201212, como los Programas Sectoriales de Desarrollo de la Secretaría de Economía y de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes 2007-2012 y la Agenda de Gobierno Digital de la Secretaría de la Función Pública13 2008-2012, son consistentes con los compromisos derivados de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (CMSI14) en sus dos fases - Ginebra 2003 y Túnez 2005- y con los planteamientos de los Planes de Acción de la Sociedad de la Información en América Latina y el Caribe15, eLAC 2007 y eLAC 2010, instrumentados bajo la coordinación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas, al considerar esta nueva realidad y promover la integración de México en el contexto global.
Compromisos Internacionales
El “Acuerdo de asociación económica, concertación política y cooperación con la Comunidad Europea y sus Estados miembros (TLCUEM21)” que regula, entre otras cuestiones, el intercambio comercial con los países ubicados al oeste de nuestras costas surcando las aguas internacionales del Atlántico. La participación de México en el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC22) que abre importantes áreas de oportunidad, no solo con los países que comparten la costa oeste del Pacífico como Estados Unidos, Canadá, Chile y Perú, sino con las economías de China, Japón, Australia, Nueva Zelanda, entre las más representativas. Hacia el Sur, la participación de México en la Asociación Latinoamericana de Integración - ALADI, abre interesantes posibilidades para explorar nuevos horizontes comerciales con las principales economías del sur del continente como Argentina, Brasil y Chile.
El punto de partida para integrar debidamente a México en la Sociedad de la Información, es el desarrollo de la infraestructura que permita el acceso a las TIC. En este sentido, México ha construido desde los años 40s, una serie de redes de telecomunicaciones - que en un principio pertenecieron al Estado – basadas en tecnologías alámbricas e inalámbrica que se interconectan con otras redes de telecomunicaciones internacionales, incluyendo a la red de redes mundial de mayor relevancia: Internet. En vista de lo anterior, las distintas empresas, entidades gubernamentales y los individuos situados en territorio nacional, se pueden comunicar con cualquier otra empresa, entidad gubernamental o individuo ubicado en cualquier otra parte del mundo, siempre que tenga acceso a las TIC. Tal como lo mencionamos, las redes nacionales se interconectan entre sí y con otras redes de jurisdicciones distintas, mediante el uso de diversas tecnologías de comunicación inalámbrica, es decir, aquellas que utilizan el espacio aéreo - o en términos más exactos, el espectro radioeléctrico – para el intercambio de comunicaciones entre usuarios abonados a distintas redes, utilizado enlaces satelitales, enlaces de microondas o antenas de telefonía celular, o bien, mediante tecnologías alámbricas, como la utilizada en los cables submarinos de fibra óptica que se tienden a lo largo de las aguas internacionales, o la tecnología PLC (Power Line Connection) utilizada en las redes de distribución de electricidad que permiten la conectividad de última milla a hogares ubicados en municipios de difícil acceso.
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